viernes, 18 de noviembre de 2011

Su cambio, gracias.


La vida sigue igual.
Mi barrio está lleno de mierda.

Contigo.

Desayuno un cigarro
y dos cafés con leche, temperatura sopa.

Nada.

Pongo a Aerosmith
y friego los cacharros de una semana entera.

Es lo mismo.

Hasta mis horas de lectura
son las mismas. Mi espacio,
mis delincuencias.
Mis zapatillas para no correr,
mi jersey de flautista,
mi gorro de moderno.

Contigo. Nada.
Soy. Cambio.

1 comentario:

Elena A. dijo...

Bello el poema ,muchas veces en la vida hay que hacer cambios ya que caer en la monotonìa es caer en depresiòn y eso hace mal. Elena A.