martes, 2 de octubre de 2007

CIEN MIL LITRONAS

Florecieron cien mil litronas aquella noche,
todo un campo de vidrio
se había abierto paso
hasta la carretera. El bochorno
de septiembre empezaba
a desplegar
su abanico instantáneo de hormigas y colores.
Los insectos bebían colosales
cócteles fermentados en la acera
y el sol,
como un cuadrúpedo insolente,
se empeñaba en ladrar temperaturas.

Era uno de esos días
para los que el silencio suele tener guardado
un as bajo la manga.
Porque nunca se sabe
cuando puede ocurrir una huelga de enjambres
o jadeos
o palabras masivas
que impidan la sentencia de unas noches
cansadas de morirse entre litros de cerveza.



Después de un tiempo algo descentrado quiero compartir este poema al que tengo especial aprecio y que dedico a mi amigo Vicente Martín, poeta al que admiro incondicionalmente.

No hay comentarios: